Película basada en la historia real de Eric LeMarque, ex jugador de hockey profesional, que en 2003 una tormenta de nieve lo aisló en medio de la montaña durante ocho días.
El compositor firma una sencilla pero eficiente y bien estructurada creación que desarrolla en lo ambiental y lo dramático. Hay música para el entorno, que parte de un tema incial con cierto cariz grandilocuente, enfático, para el lugar y el peligro que encierra. En ese contexto se insertan temas dramáticos para impulsar la necesidad del protagonista por sobrevivir. Son estas músicas que expresan determinación pero también fragilidad, en una dualidad con la que la banda sonora construye el personaje, al que también se atribuyen algunas referencias de tono espiritual. Todo ello, deriva en un tema principal emotivo que refuerza finalmente al personaje y lo libera.