Un hombre deja su puesto de sheriff para ir a México a buscar al que mató a su padre, muchos años atrás.
Partitura en la que el compositor marcó algunas distancias -aunque no del todo- con el típico estilo morriconiano, tan imperante en los spaghetti westerns, y en la que primó una construcción melódica sustentada básicamente en temas que dieron un aire melancólico, muy bello, al conjunto de la película.