En la línea estilística de las creaciones niponas para el anime, pero por encima de la media en cuanto a calidad, esta es una hermosa y elegante creación que expande lo lírico y lo sentimental con el poder de un sobresaliente tema principal, sencillo y transparente, que se aplica como música compartida de los dos personajes. Junto a este tema hay otros similares que, de alguna manera recuerdan a Dave Grusin -aunque es solo una referencia- y que aportan luminosidad y un espíritu de bondad que la compositora desarrolla en terrenos donde también hay espacio para la fantasía, la comedia y algo de dramatismo.