“Baldur’s Gate” está considerado como el padre de los videojuegos de rol (RPG), un clásico de culto, inolvidable e irrepetible en todos sus aspectos, entre ellos la banda sonora de Michael Hoenig, que seguramente es el primer gran referente de las bandas sonoras de videojuegos de rol, porque fue la que sentó las bases y definió los esquemas de cómo estructurar estas grandes obras donde, a diferencia del cine, lo importante no es crear un guión musical ni narrar una historia con la música (cuando se trata de un videojuego en un mundo abierto esto pasa a un segundo plano porque pueden transcurrir muchísimas horas de juego sin que se hagan avances en la trama y sin que el personaje haga progresos suficientes para que la música pueda evolucionar y aportar algo) sino la de definir lo mejor posible todo lo relacionado con los ambientes, los distintos lugares, los combates y aportar el mayor número de matices a cada escenario, que es lo que termina determinando la riqueza de este tipo de bandas sonoras (llegando a la talla de obras como “The Elder Scrolls V: Skyrim” de Jeremy Soule, que es posiblemente la que mayores logros ha alcanzado en cuanto a este aspecto). Hay que tener también presente que el videojuego es de 1998, una época en que las músicas de videojuegos eran en general muy poco sofisticadas porque, hasta uno o dos años antes aproximadamente, la tecnología no permitía una música hecha con orquestas reales o con sintetizadores y orquestas virtuales más complejas, de música sinfónica. Es por ello que “Baldur’s Gate” es también una obra adelantada a su tiempo, pues muy pocas se habían hecho anteriormente con tales medios y con tanta riqueza y variedad instrumental. La obra arranca con un épico tema central, de poderosos coros, que aparecerá en algunas ocasiones mediante variaciones a lo largo del score. La forma en que se estructuró la obra sigue siendo hoy todo un referente y un modelo a seguir dentro de los videojuegos de rol, que ciertamente ha funcionado de maravilla, ha dado excelentes resultados y se puede seguir explotando. Por un lado se establece un gran bloque de temas para la acción, todos ellos épicos, poderosos y con empleo de coros (como curisosidad, en el track Attacked by Assassins se puede apreciar una clara influencia del tema de “LifeForce” de Henry Mancini). Y por otro lado se establece otro gran bloque dedicado a la recreación ambiental y de atmósferas (donde no se pretende simplemente acompañar con la música sino aportar una infinidad de matices a los escenarios y a dotarlos de vida, y es en este apartado donde la obra resulta realmente interesante porque también establece una especie de patrón para las distintas clases de escenarios, de ahí que haya tanta variedad. Para los exteriores (bosques, ciudades, montañas…) se creó dos tipos de música: una para el día con temas relacionados con lo aventurero o lo lírico, en las ciudades se crearon temas para aportar el bullicio de la gente (algo que por ejemplo el juego no podría transmitir por sí solo) aunque también aportaba mucho en relación a lo confortable y a lo majestuoso; y otra para la noche, que destacaba la inseguridad, el peligro, incluso con algunos momentos de terror… Y para los interiores (cuevas, mazmorras, minas, fortalezas en ruinas…) se creó una música más críptica y oscura, resaltando la intriga y lo enigmático, siempre de manera muy sutil con los instrumentos (y para tabernas, posadas y casas se aportaron temas cálidos y tranquilos). Toda la obra, además, lleva implícita un constante tono mágico, muy místico, pero también legendario, majestuoso y muy épico, sin perder nunca de vista ese sentido de la gran aventura. Musicalmente, la obra está resuelta mediante orquesta virtual, aunque todos (absolutamente todos) los temas son de gran elaboración y muy variados instrumentalmente, sin perderse nunca el tono sinfónico y sin resultar en ningún caso una obra menor por no haberse realizado con orquesta real, además hay que tener presente que las primeras bandas sonoras grabadas por orquesta sinfónica en un videojuego (“Total Annihilation”, “The Lost World”…) apenas son de un año anterior, y “Baldur’s Gate” ofrece una música bastante compleja y muy elaborada para la época en que se hizo, es decir, es una obra muy adelantada en su tiempo y actualmente sigue siendo todo un referente de los videojuegos de rol en mundo abierto. En mi opinión, no sólo estamos ante una obra sobresaliente sino también ante una de las más importantes bandas sonoras de videojuegos que jamás se hayan hecho. Un clásico fundamental.