Documental sobre el comportamiento sexual de los animales.
Este muy poco conocido documental fue explicado con una música que fue sorpresiva pero muy merecidamente finalista al Oscar en un año en que compitió con cuatro grandes. No fue la Cenicienta del grupo de nominados: es una extensa y magnífica creación en la que el compositor aplicó música lírica, abierta y hermosa, en varios estilos, aplicados sustancialmente a la visión humana de los humanos. También otra música más experimental, vanguardista, con electrónica y en todo caso poco ortodoxa. Pretendía explicar desde la música el comportamiento de los animales, tal y como haria bastantes años después Bruno Coulais en Microcosmos (96) y en otros documentales.