Una mujer acepta ocuparse del establo de su padre, aunque no sabe nada de caballos. Con la ayuda de un entrenador conseguirá que su caballo sea el primer ganador en 25 años de la Triple Corona.
Bella partitura sinfónica de tono bucólico y lírico que fluye mansamente pincelando el filme de una agradable sensación melancólica, pero nada edulcorada. El compositor mantiene sólidamente este pulso, sin caer en recursos melodramáticos, con puntuales momentos épicos.