Continuación de Ghostbusters: Afterlife (21). Cuando el descubrimiento de un antiguo artefacto desata una fuerza maligna, los Cazafantasmas nuevos y veteranos deben unir sus fuerzas para proteger su hogar y salvar al mundo de una segunda edad de hielo.
El compositor firma una amplia y esforzada creación en la que las abundantes referencias a la música de Elmer Bernstein para el filme de 1984 son lo más destacado y también bienvenido: no es solo el tema principal sino además el empleo de las Ondas Martenot, que aportan un tono evocador, cálido, que ayuda mucho al resto de la partitura. Esta se constituye de abundantes temas para dar énfasis a la acción y a la comedia, sin mayores pretensiones, y cumple sobradamente todos sus cometidos.