Un gángster ya retirado es amenazado por un joven delincuente que irrumpe en su casa buscando refugio tras haber escapado de prisión.
Agradable y gentil partitura con toques de jazz y música romántica, evocadora de la paz y tranquilidad que anhela el protagonista. El compositor lo intercala con momentos más tensos en la música, que funcionan como contraste. Se acompaña de la banda sonora de Fort Saganne (84).