El propietario de un hotel en Haití asiste atónito a los acontecimientos que sufre el país y las complicaciones que se producen dentro de su establecimiento.
Bella y variada partitura en la que el compositor aplicó melodías delicadas, ejecutadas con piano, percusiones y el apoyo de coros infantiles, que otorgan a la película un cariz ambiental apacible, no exento de cierta ironía. Se acompaña con la banda sonora de Hotel Paradiso (66).