Documental en el que David Attenborough explica a modo de testamento su visión sobre el mundo que habitamos.
El compositor aplica una sencilla creación lírica y evocadora, con aires moderadamente nostálgicos y variedad en temas cálidos que no esconden sus pretensiones sentimentales. Dado que el documental es una declaración de David Attenborough, sabiéndose cerca de su final, la música se posiciona como su visión, su voz en off explicando como ve el mundo en el que ha vivido, las preocupaciones que le genera y su esperanza por un futuro mejor. Este es el mayor valor de la música, aunque en sí misma no tenga un valor especialmente reseñable.