Crónica del nacimiento del festival más famoso de la historia.
Mientras las canciones del filme sirven a los propósitos ambientales y realistas del filme, la música del compositor es empleada con fines dramáticos, aunque en algunos casos también ambientales. El compositor evita desarrollar una estructura narrativa convencional para primar un cierto sentido de la improvisación, con homogénea línea estética, que le permita complementar el tono general de las canciones y ubicarse en la época (finales de los sesenta) en la que transcurre la acción. Con uso de agradables guitarras (también acústicas y eléctricas) pincela un tono melancólico y nostálgico que subraya la inocencia y también ingenuidad de una generación. El soft-rock y el folk instrumentales son otras de sus bazas, así como los solos de clarinete y el empleo del cello aplicados en una creación sencilla, sobria e intimista, sin mayores pretensiones que las que satisfactoriamente cumple.