El compositor aplica una banda sonora que es elaborada, es interesante y especialmente es comprometida con el mensaje del documental. La estructura en torno a tres ideas: en primer lugar la del mundo industrial, el de la maquinaria despiadada y mecánica de hacer dinero, y lo hace con músicas también industriales, mecánicas, deshumanizadas, tóxicas e incluso arrogantes. Frente a ellas, la música de las consecuencias: el desastre ecológico y sus víctimas. Músicas afectadas, dramáticas, apesadumbradas, que en el contraste parecen llevar las de perder por su fragilidad. Pero una tercera vía, la de la determinación y la esperanza, con un magnífico tema principal, lanza e impulsa el mensaje de que vale la pena luchar por un mundo mejor, sin contaminación.