En un control policial es detenido el conductor de un camión. Va vestido de mujer y lleva un cargamento de perros. En comisaría recibe la visita de una psiquiatra que debe evaluar su estado mental. El hombre va en silla de ruedas y parece más cuerdo de lo esperado. Le empezará a contar su historia, con su infancia desgraciada y cómo empezó a tener una relación muy estrecha y especial con los perros.
El regreso de Luc Besson al cine, tras cuatro años de ausencia, mezcla acción, drama, un punto de fantasía y un protagonista inquietante y mucho feísmo e inmoralidad. Todo ello explicado en base a flashbacks y, por tanto, en viajes del presente al pasado y viceversa con relatos que oscilan entre el humor negro, la solemnidad, la religiosidad y cierto sentido trágico. Toda esta amalgama de colores y de emociones se trasladan a una banda sonora imprevisible y cambiante, con un notable tema principal apesadumbrado y siniestro, que incluso podría recordar -solo es una referencia- la música de Joker (19) y que funciona tanto como música de condena por un pasado lastrante y lacerante y como música de redención por la determinación de superarlo. Junto a este, una amplia y variopinta de temas circunstanciales, algunos cómicos y otros dramáticos.