En el transcurso de un solo día, una ciudad es azotada por una serie de tornados sin precedentes. Toda está a merced de ciclones erráticos y mortales, mientras que los cazadores de tormentas predicen que lo peor está aún por llegar.
El compositor aplica una banda sonora de intensas melodías destinadas a dar un tono grandilocuente y épico al poder del fenómeno metereológico. Lo hace con un tema principal al que otorga algunas variaciones que complementa con temas en similar línea para acompañar las acciones de los protagonistas. Es una música que, aunque algo aparatosa, es eficiente y refuerza su presencia con coros. Frente a ella, música dramática para las emociones. Esta es sin embargo débil y poco sustancial, y gira en derredor de un tema central al que hace evolucionar hacia terrenos líricos.