El Rey Rodolfo de Ruritania teme por su vida y se intercambia por un doble, con los consiguientes enredos y complicaciones.
Partitura solemne y sinfónica, de elegantes melodías entre las que destacan un poderoso vals que retrata hábilmente la majestuosidad de la época en la que transcurre la acción y dota al filme del adecuado sentido de humor.