Reseña de Javier González:

La secuela tardía de Puss in Boots (11) rompe con su predecesora en varios aspectos, sobre todo en la técnica de animación, más moderna y cercana al Spider-Man: Into the Spider-Verse (18) que a cualquier película previa del universo Shrek. La música también es renovadora y Heitor Pereira se encarga de hacer olvidar (si es que alguien se acordaba) de la partitura de Henry Jackman. Lo consigue rápidamente con un número inicial brillante, mitad canción y mitad instrumental, donde se presenta el nuevo tema principal, cantado por Antonio Banderas (Fearless Hero o Tu héroe favorito en la versión española), consiguiendo que el espectador lo interiorice de forma instantánea. Tiene dos partes: la del estribillo, más directa y divertida, que es dedicada al Gato con botas, y otra más emotiva y épica, que será utilizada en el resto de la película como tema de unión entre los personajes de Gato, Kitty y Perrito.

Los villanos del filme corren suerte desigual a nivel musical. El Gran Jack Horner no tiene un tema destacado que le aporte un plus de poder e intimidación. En cambio, El Lobo feroz posee su propia música en forma de silbido, una sencilla melodía que utiliza de forma diegética para aterrar al protagonista y anular al tema principal durante gran parte de la historia. Como bien indica el youtuber y divulgador cinematográfico Jordi Maquiavello, este tema es una modificación del compuesto por Harry Gregson Williams para Gato en Shrek 2 (04). El silbido tiene un mayor impacto en el protagonista al ser, en cierto modo, una música conocida por él, como si el Lobo viniera siguiendo todas las aventuras de Gato desde el comienzo de su vida. Sin entrar en spoilers, es una maniobra brillante que tiene todo el sentido en la trama de la película. El silbido no es el único recurso morriconiano del que se sirve Pereira, ya que la partitura está repleta de instrumentaciones a medio camino entre el flamenco y el spaghetti western, con protagonismo de la guitarra española, uso de castañuelas o ese característico aire mexicano en los solos de trompeta.

Otros temas menos destacados, aunque también interesantes y bien elaborados, tienen su espacio, como el tema romántico para la relación de Gato y Kitty o las músicas dedicadas a personajes secundarios como Perrito o Ricitos de oro y los tres osos. Hay además varias canciones a lo largo del metraje, alguna de las cuales no funciona del todo bien, pero no llegan a estropear la función. Este cometido lo consigue la habitual canción de créditos finales, interpretada por Karol G, típica canción comercial para cumplir con la moda del momento, ajena al resto del tono de la cinta y totalmente fuera de lugar. Obviando la mancha de las canciones, es una partitura notable que pone el colofón a un año 2022 extraordinario en cuanto a bandas sonoras de cine de animación se refiere.