La vida de una mujer comienza a desmoronarse cuando se conecta con un antiguo amor.
El compositor mantiene un cuidado equilibrio entre lo dramático, lo sentimental y la comedia en una creación elegante y sofisticada, también enérgica, que en algunos aspectos recuerda el vigor de Alexandre Desplat. Contribuye a impulsar a la protagonista, su determinación y sus reflexiones, e impone una pulsión que se asemeja al sonido de las manecillas de un reloj, como pautando el irremediable paso del tiempo.