Una niña experta en cuentos y leyendas se une a los Lunnis para evitar su desaparición del Libro Mágico que contiene todas las historias inventadas por la Humanidad.
Banda sonora sinfónica de género que se desarrolla acompañando, matizando y enfatizando el relato según sucede y en la que se incluyen canciones (de Guille Milkyway) que no interrumpen ni condicionan el fluir de la música instrumental, en tanto están bien integradas en lo narrativo y también en lo estético.
La música de la compositora es extensa y es muy variada, pero está sólidamente estructurada en torno a un tema principal que, expuesto como tal o en la forma de motivo, da énfasis y suma magia a la gran aventura de la niña y los muñecos. Es un tema de referencia -especialmente para el espectador- que se mantiene sólido en su significación durante toda la banda sonora. Junto a este tema se incluye, aunque en menor escala, un tema cálido y sentimental para la pequeña y otro tema opuesto para el malvado Crudo, si bien no funciona realmente como contratema, pues es una música metódica, aparentemente fría y programada, pero que lleva implícita una fragilidad e inseguridad que le da al personaje cierta vulnerabilidad.
En el resto del filme se recorren diferentes escenarios y encuentros (con el mago de Oz, Pinocho, el flautista de Hamelín o el mago Merlín) y en todos ellos la música funciona de soporte y de comentario a lo que va aconteciendo, manteniendo su pulso firme y con un hábil sentido de la continuidad y del manejo de los diferentes colores emocionales que el resto de la película necesita para poder explicarse.