Tras doce arduas labores y la pérdida de su familia, Hércules decide darle la espalda a los dioses y embarcarse en sangrientas escaramuzas, en las que forma un grupo de aliados. Entonces, el rey de Tracia los contrataa para convertir su ejército en invencible.
El compositor aplica una enérgica partitura sinfónica que gira en derredor de un poderoso tema principal, vigoroso, con el que ensalza la fuerza y poder del protagonista. Se aplican variaciones en esa línea y transformaciones que resaltan algunos elementos dramáticos y líricos. Este tema es complementado con otros secundarios para las acciones y para recrear ciertos ambientes turbios, quebrados, y se destaca el empleo coral para dar un tono moderadamente místico y legendario. Es en su conjunto una creación épica que mantiene los códigos habituales en el género y que está sólidamente estructurada. No va más allá de eso, ni tampoco lo pretende, pero cumple con los cometidos que demandan este tipo de filmes.