Un anciano emprende a bordo de un cortacésped un largo viaje a través de los Estados Unidos para reencontrarse con su hermano, enfermo, al que hace muchos años que no ve.
La bella banda sonora que el compositor ha escrito para este filme tiene en común, en lo que respecta a sus obras previas con David Lynch, la sugestiva calidez de las melodías, pero se diferencia de ellas en que aquí no es empleada para la recreación de los ambientes opresivos que caracterizaron los otros títulos, sino que se ha optado por una intención de evocadora liberación, con música parcialmente basada en el folk (dando, pues, un sentido realista a la partitura) y otra que sigue los cauces tan bien conocidos en el autor, pero manteniendo la premisa de que, con ella, sea posible entender las motivaciones del personaje en su recorrido a través del metraje, especialmente cuando este transcurre en un viaje en el que la música es el principal acompañante.