El propietario de un castillo irlandés reconvertido en hotel pretende rentabilizar el negocio haciendo creer que lo habitan fantasmas. Pero cuando llegan unos clientes americanos, aparecen fantasmas de verdad.
Enérgica y ocasionalmente bufonesca creación en la que el compositor aplica música de cariz irlandés y temas románticos y cómicos, así como de terror, pero con fines humorísticos.