El jefe de Homicidios de Sevilla debe resolver dos asuntos distintos en poco tiempo: por un lado, las complejas consecuencias de un caso de espionaje en un comando terrorista islámico y el secuestro de un niño por cuya liberación la mafia rusa le exige que pague un precio demasiado alto.
Banda sonora que el compositor desarrolla en lo ambiental y lo dramático, de modo creciente en ambos y ocasionalmente fusionado. La música del entorno se corresponde a los códigos en el género del thriller: temas intensos y enfáticos, que se ubican en el nivel espacial de las acciones. Junto a ellos -y progresivamente de ellos- surge la música destinada a ubicarse en el nivel espacial de las emociones (de personajes, más que de espectadores), y aquí la música es muy explicativa. Habla de caos, de desconcierto y descontrol, pero también de desolación y sentido de pérdida. Es un sentido pesimista, moderadamente fatalista, que es sutilmente contestado por la irrupción del cálido tema principal, que aporta esperanza y deseo de redención.