Usuario: Mikel C.G Siw
Fecha de publicación: 22.04.2009
Shyamalan volvió y…tal y como esperábamos; patinó. Les ruego no me malinterpreten; adoro el palmarés de este magnífico realizador, con mención especial a UMBREAKIBLE y THE VILLAGE; dos obras maestras pese a quien pese, que no obstante no terminaban de cuajar ante el gran público. Es por ello que el genio Shyamalan se ha visto obligado a involucionar, a ceñir los límites de su talento para lograr acceder a unas cifras en taquilla que no alcanzaba desde THE SIXTH SENSE. Lo malo es que ha apuntado en una dirección errónea, o al menos, no ha sabido muy bien donde apuntar. THE HAPPENING es tan solo 50% Shyamalan La otra mitad no es él, si no burdas y perniciosas imposiciones por parte de la productora, en su imbatible afán de zamparse cuantos más dólares mejor, aunque ello implique restringir deliberadamente el potencial artístico de una película. Por eso ha fallado. Por eso no ha gustado ni a los seguidores de Shyamalan, ni a aquellos que van a cine solamente para “pasar el rato”. Ojo, yo disfruté mucho en el cine y lo volveré a hacer a muy seguro en DvD. Pues, seamos honestos, tal es el nivel de trivial vulgaridad que sacude nuestras carteleras, a excepción de un puñado de honrosas y buenas películas cada año, que a THE HAPPENIG no se le puede negar que, al menos, tiene oficio. Punto. ¿Su banda sonora? Pues, la verdad; un nuevo milagro de J.N Howard. Su tono más sobrio no nos puede llevar a creer que es un trabajo menor a sus anteriores colaboraciones con el director hindú. Es muy complejo asimilar todo cuanto este Maestro es capaz de transmitir con sus partituras. Su música es siempre resolutiva y muy lírica, aunque haya cortes, como en este caso, que nos envuelvan en un estado de tensión total. Cuando fui al cine, todavía no me había llegado el disco, luego aún no tenía ni idea de cuál sería la “Sorpresa” del Maestro en su sexta banda sonora para una película de Shyamalan. Desde luego, no le llevó mucho. Pues ya desde los Main Titles, mientras los escalofriantes créditos acallaban aún los murmullos de los más maleducados, aquella electrizante y vaporosa frase interpretada a piano, y al aliento de un hostil cello que se incorporaba posteriormente, me sedujo de golpe. Recuerdo que dije; “¡Joder! ¡Otra maravilla más! Fue algo muy intenso, profundo y sentido. ¿Qué hice entonces? Disfrutar- como ya he dicho- de la peli de Shyamalan, y acariciar la desbordante elegancia que arropaba todas las secuencias en las que aparecía su BSO. Al salir de la sala del Cine, y antes de repasar y asimilar en mi cabeza todas las virtudes del último “viaje” de Shyamalan sobre la conducta humana alrededor de las diferentes vertientes del miedo y sus consecuencias, sólo podía frotarme las manos con la esperanza de que el Cd no tardara mucho en llegarme. Nunca entenderé este vínculo, pero, como decía Morgan Freeman en CADENA PERPETUA; “las cosas buenas no hace falta entenderlas”. A CUIDARSE!!! S.i.W