Reseña de Javier González:

En este impactante documental, que se mueve a medio camino entre el cine deportivo y el drama romántico, la música se sumerge y es parte activa de ambos aspectos del relato, tanto en la historia de superación personal de la apneísta Alessia Zecchini, como en su relación amorosa con Stephen Keenan. La partitura juega con diversos elementos, siendo lo más destacado su acertada mezcla de música electrónica con la voz femenina para describir a Alessia, otorgándole fuerza y determinación, así como pureza y bondad. El trabajo de Desai no está exento de cierto lirismo y belleza en su descripción del poder del mar y la naturaleza, pero sobre todo en el papel que ejerce al final de la película para honrar y respetar la figura de los protagonistas. En contraste con la gran cantidad de música presente en todo el metraje, destaca la notable e inteligente elección de los momentos de vacío musical para determinadas escenas, donde el peso recae en el diseño sonoro del falso silencio de la profundidad del mar, consiguiendo un mayor impacto en el espectador.