Quinta temporada de Game of Thrones (11), ambientada en un mundo ficticio medieval donde estalla una guerra civil dinástica entre varios clanes.
Banda sonora que mantiene la línea oscura y dramática de la anterior temporada, dando incluso un color más oscuro y también siniestro, recreando entornos progresivamente más densos y opresivos, una decadencia crepuscular en la que tanto el tema principal como otras melodías son los referentes que aportan luminosidad y contraste, aunque en una posición de desventaja en cuanto a peso y poder, principalmente por la gran fortaleza de los temas del mal y la fragilidad de aquellos que representan lo contrario. Es en su conjunto una banda sonora no resolutoria, de tránsito, que discurre por territorios hostiles y que habrá que ver cómo evoluciona en la siguiente temporada.