Un jugador de golf regresa alcoholizado a su casa quince años después de acabada la Primera Guerra Mundial, en la que combatió. Para salvar el campo de golf de su pueblo, acepta participar en un torneo con la ayuda de un hombre que le levanta la moral.
Partitura sensiblera, edificada en base a melodías banales y superficiales, reiterativas a un nivel casi indecente y que, además ni tan solo su aplicación al filme es la más adecuada. Poco importa que su tema principal sea tan bonito si lo que le sigue no tiene el más mínimo interés musical ni cinematográfico, además de ser de una pretenciosidad descomunal.