La vida de un matrimonio se ve alterada con la llegada de una joven y excéntrica pareja de vecinos que no parecen encajar en su tranquilo barrio.
Partitura que fue rechazada y reemplazada por otra de Bill Conti, incluida en esta edición. Tom Scott seguramente quiso aplicar la máxima de Elmer Bernstein de que la mejor música de comedia es la música seria y desarrolló una solvente creación oscura, moderadamente siniestra y abiertamente dramática, con algunas pinceladas humorísticas. Pero al parecer no funcionó.