Cortometraje sobre una adolescente que pasa las vacaciones de verano y que de repente, a la vuelta de la playa, algo se le mete en el ojo... y su iris empieza a cambiar misteriosamente de color.
El compositor aplica una hermosa e intensa creación de tono clásico, con protagonismo del violín, que aparece del exterior y entra en la chica protagonista, sirve para individualizarla, darle prestancia, ponerse en su perspectiva y enfatizar su despertar.