Chucky, un muñeco diabólico, recobra la vida cuando la novia de su propietario recompone sus piezas e invoca su espíritu. El muñeco utiliza la magia para convertirla en una muñeca y ambos salen en busca de cuerpos humanos para traspasar sus almas.
El compositor recurrió para este filme a la música electrónica, con apoyo orquestal, con la intención de recrear una ambientación melódica tensa y opresiva, con deliberadas exageraciones y desfases caóticos, a modo grotesco. Se acompaña de la banda sonora de Pitch Black (00).