Documental que explica los acontecimientos que rodearon la muerte del escritor Miguel de Unamuno.
Este es un documental hecho para llegar a un destino, la explicación de lo que sucedió con la muerte de Unamuno, pero en el que lo que más importa es el camino que se recorre para llegar a ese destino, desde luego en lo que concierne a la participación de la música. Esta no es de mera ambientación ni de acompañamiento sino de implicación y también de posicionamiento, y se sustancia en una suerte de avasallamiento en el que músicas oscuras, inflexibles y metódicas para el contexto asfixian y finalmente destrozan a un tema a piano que se aplica sobre Unamuno no tanto para expandir sus emociones como para mostrar su inminente -e inevitable- quebranto, de un modo fatalista e hirientemente elegante.
Estas músicas varias y diversas que el compositor emplea para la aniquilación realzan el carácter implacable y arrogante del poder al que representan y funcionan a modo de avanzadilla de los propios acontecimientos. El uso de la electrónica y de voces graves que son manipuladas para dotarlas de un tono religioso siniestro (¿la sombra de la Iglesia?) debilitan aún más a la música que pretende mantenerse encendida pero que se va apagando. Y por si no fuera poco, un inflexible y muy presente tictac como si de un reloj se tratara añade un rítmico desasosiego avanzando lo que inevitablemente va a estallar. Es la crónica de una muerte anunciada, sí, y podría funcionar incluso en un thriller, pero aquí, en este documental tiene y suma otra lectura más elevada, la de mostrar el daño que la irreflexión, la intolerancia y la mentira puede hacer al razonamiento, la transigencia y la honestidad. En aquellos complicados momentos y en los actuales.