Nueva versión del relato del muñeco de madera que es transformado en un niño de verdad y vive múltiples aventuras.
Como en todas las bandas sonoras hechas con Pinocho como protagonista, esta también tiene buenas dosis de animación y fantasía, pero lo que destaca esta creación con respecto a las demás es el tono dramático que se impregna en la mayor parte de sus temas. Gira alrededor de un bello y emotivo tema principal que conoce variaciones y transformaciones y que aporta un aire melancólico, moderadamente triste, pero que sobre todo profundiza en el anhelo de humanidad y la necesidad de aceptación del niño, con momentos ternuristas pero no edulcorados. Funciona también por contraste con el resto de músicas.