Secuela de Piranha (78), en la que una instructora de submarinismo descubre unos peces parecidos a las pirañas pero con alas que les permiten volar.
Elaborada y sofisticada creación de género, que se inicia con un tema ligero para sumergirse después por aguas musicales oscuras y densas, muy dramáticas. Es una partitura seria y notable.
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