Un joven vive atormentado por inexplicables alucinaciones, hasta que se convence de que dentro de él habita el espíritu de otra persona fallecida.
Densa partitura, compleja y elaborada, en la que el compositor recreó un ambiente obsesivo y opresivo, de eficiencia psicológica y tensión contenida, que se aplicó tanto para el entorno exterior del protagonista como para explicar sus alucinaciones y su paranoia.