Videojuego de la saga Resident Evil (96), con nuevos escenarios, zombis y monstruos.
Aunque mantiene la línea de lo que aplicó en los anteriores juegos, el compositor da un decidido paso adelante y ofrece la que probablemente sea su mejor aportación a la saga, con una enérgica y contundente creación sinfónica, marcial y contundente, pero también muy dramática. Es variada en sus temas y tiene un adecuado tono apocalíptico.