Un grupo de marginados se conocen en la cárcel y deciden perpetrar el robo del Guernika de Picasso. Elaboran un plan y, cuando lo ponen en acción, las cosas se les complican.
Brillante partitura en la que el compositor sigue la pauta estilística de filmes italianos de temática similar, con un jazz cálido y sofisticado que se aplica en el propósito de dignificar y dotar de picardía a los personajes marginales. Hay música sinfónica que emula los sueños de algunos de ellos y el anhelo de libertad de todos, en una meta que la propia partitura pretende alcanzar a la par que los protagonistas se acercan a su objetivo, de tal modo que cuando éstos se aproximan a su liberación, el jazz pierde presencia en favor de un sinfonismo cada vez más pletórico. El principal problema es que los personajes carecen de la mínima prestancia o sutileza, por lo que poco puede la música por ellos.