Nueva entrega de la franquicia de terror Scream (96), sobre una mujer que regresa a su ciudad natal para tratar de averiguar quién ha estado cometiendo una serie de crímenes.
El compositor firma una competente (aunque elemental) banda sonora de género que podría funcionar para cualquier película de terror pero que muy poco tiene que ver con el espíritu de la saga que tan bien personalizó Marco Beltrami, cuya música es muy puntual pero también muy insuficientemente referenciada. Esta es una banda sonora funcional y convencional, hecha con el patrón de tantas otras, con los consabidos impactos orquestales pero falta de aura y de personalidad, y poco interesante en su conjunto.