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Cuarto episodio de la segunda temporada de la serie televisiva. El extraño encuentra lo que ha estado buscando. Arondir e Isildur buscan a Theo. Galadriel y Elrond caen en una trampa.
Reseña de Ignacio Marqués:
(SPOILERS)
En este tan irregular capítulo -con altibajos pronunciados en casi todas sus tramas- McCreary logra al menos continuar con solvencia todos los frentes abiertos anteriormente, aunque sin llegar al nivel de absoluta brillantez de los tres capítulos anteriores. En primer lugar, la trama de Galadriel y Elrond evoluciona levemente, exponiendo aún más las diferencias entre ambos a la hora de tomar decisiones ya que el anillo ayuda a Galadriel a ver eventos futuros, pero Elrond se niega rotundamente a confiar en el poder del anillo. Curiosamente, en ninguna ocasión del capítulo se utiliza ninguno de los temas de los anillos, a pesar de que Galadriel llega incluso a curar mediante su poder a uno de los miembros de la compañía con la que viajan. Más adelante, tras sobrevivir a los tumularios, Galadriel y Elrond parecen comenzar el camino de la reconciliación: ambos personajes se sinceran el uno con el otro a la vez que suenan sus músicas ratificando la sinceridad de ambos, a pesar de que sigue habiendo diferencias. Cuando los personajes deben separarse debido a la cercanía de los orcos de Adar, Galadriel pone a salvo el anillo dándoselo a Elrond y la elfa realiza una exhibición de su destreza enfrentándose a los orcos, en la que participa enérgicamente su tema.
La trama del extraño avanza en su misión por encontrar aquello para lo que ha sido enviado: primero, el misterioso bastón bajo las estrellas; y, segundo, enfrentarse nada menos que a Sauron y al Mago Oscuro de Rhûn según le comenta Tom Bombadil ya que, si ambos se unieran, juntos resultarían demasiado peligrosos en el mismo bando.
El exótico tema de aire oriental y voces búlgaras finalmente es atribuido al Mago Oscuro, y son sus siervos los que llevan su música de un lado a otro propagándola por todo Rhûn.
Nori y Amapola dan con una nueva tribu de hobbits: los Fuertes. Hasta allí son perseguidas por los siervos del Mago Oscuro, quienes traen su música con ellos. De esta trama, lo más relevante a nivel musical es que la canción del camino que cantaba Amapola en la primera temporada y en el primer episodio de esta por fin es entendida por Nori: de ahora en adelante, este tema significará el viaje de todos los hobbits en busca del Sûzat (la Comarca), el lugar ideal donde asentarse.
En cuanto a la trama de Isildur, Estrid y Arondir todos se unen para encontrar a Theo, quien ha sido capturado por unos ents. Como sugeríamos en la reseña del anterior episodio como una posibilidad, Arondir y Theo se acaban reencontrando y, en parte, reconciliando, participando de nuevo el muchacho en la música de Arondir y de su fallecida madre. Sin embargo, Theo decide que seguirá su propio camino. ¿Llevará consigo la música de Arondir y su madre allá donde vaya? Por otro lado, se desvela el secreto que Estrid escondía bajo la hermosa aura que le otorga su tema: es una bárbara marcada por Adar que planeaba traicionar a Isildur.
Temas nuevos:
Se presentan dos nuevos temas centrales en este capítulo y algunas músicas para criaturas específicas: el tema de Tom Bombadil es una dulce canción, sencilla, que el personaje canta y tararea numerosas veces a lo largo del episodio. Es uno de esos casos como el de Gil-Galad en los que el personaje conoce su propia música, la canta. Esta canción es también interpretada junto a Bombadil por Baya de Oro (a quien no llegamos a ver, pero parece compartir esta música con el mágico ermitaño). Aparte de la fantástica versión de la canción que se oye en los créditos finales del episodio (con hermosos acompañamientos orquestales y cierto aire folk) a priori no parece que el tema vaya a tener un gran recorrido a nivel dramático o narrativo, más allá de evocar al personaje o relacionarlo con la naturaleza, el sauce, etc.
El tema de los Fuertes se asemeja mucho al de los pelosos en cuanto a su instrumentación tribal y percusiva, pero, al igual que sucede con la propia comunidad (asentada en una aldea, a diferencia del carácter nómada de los pelosos) se trata de un tema mucho más extenso y desarrollado que la de los primeros hobbits. Aquí el tema es simplemente presentado.
Para los dos ents y su historia se aplica una bella melodía que se repite en una ocasión en la escena de perdón y con potencial de ser el tema de los Ents si resulta que ambas criaturas del episodio (u otros Ents) volvieran a salir en la serie. El tema se podría relacionar también con la preservación de la naturaleza. Por último, los tumularios no cuentan con un tema -ni siquiera una música instrumental- sino que susurran una y otra vez unos tétricos versos que, según comenta uno de los elfos de la expedición, suenan como el recuerdo de una canción.
