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SEÑOR DE LOS ANILLOS: LOS ANILLOS DE PODER. T. 2, EP.8: SOMBRA Y LLAMA, EL

INFORMACIÓN DISCOGRÁFICA
Compositor: McCreary, Bear
Sello: Amazon
Duración: 60 minutos
INFORMACIÓN DE LA PELÍCULA
Título original: Lord of the Rings: The Rings of Power. S.2, Ep. 8: Shadow and Flame, The
Director: Charlotte Brändström
Nacionalidad: EE UU
Año: 2024
ARGUMENTO

Octavo y último episodio de la segunda temporada de la serie televisiva. Los pueblos libres de la Tierra Media luchan contra las fuerzas de la oscuridad.

PUNTUACIÓN MUNDOBSO
9
PUNTUACIÓN USUARIOS
8.8
Puntuar
Total de votos: 4
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COMENTARIO MUNDOBSO

(SPOILERS)

Reseña de Ignacio Marqués:

En este último capítulo de la temporada la mayoría de las líneas argumentales avanzan considerablemente: algunas concluyen y otras conocen un nuevo comienzo a la espera de ser desarrolladas en futuras temporadas. Por su parte, McCreary cierra la temporada llevando la música de casi todas las tramas a su punto más álgido, con resoluciones a nivel temático en algunas de ellas (el extraño, fundamentalmente) pero también abriendo algún interrogante a ser desarrollado en próximas temporadas.

El primer plano del capítulo (Durin acercándose a la cámara mientras suena esperanzador el tema del reino de Khazad-Dûm, acompañado por los coros enanos) supone ya toda una declaración de intenciones que adelanta McCreary: Durin hijo como nuevo líder del reino enano. El valor del personaje, dispuesto a enfrentarse de una vez a su padre, es expandido por una versión heroica de su tema, que sale de él. En las profundidades, cuando el príncipe enano recuerda ante el desquiciado rey cómo era su padre en el pasado, la música del reino también le recuerda, noble, luminosa y liberada de toda la corrupción. La nueva cámara que el rey abre revela que el interior de la montaña está repleto de Mithril, mientras suena el tema del poder de los anillos (que proviene del mineral). El Balrog los impresiona en la cámara y ataca con una poderosa música con coros (no se distingue tema más que un motivo descendente en las cuerdas) y acto seguido el rey Durin se despide de su hijo, reconociéndole como rey. McCreary soluciona el sentido trágico, pero noble, del final del rey despojándole por completo del tema del reino (pues acaba de reconocer a Durin) y con una nueva melodía a modo de ostinato acompañada por los coros enanos masculinos.

Al final del capítulo Durin asume el control de Khazad-Dûm con su tema expresando determinación y el tema del reino recobra su pureza, sonando nuevamente noble y solemne. No obstante, se plantea un nuevo reto para Durin mientras suena el tema del reino: otros señores enanos y su hermano también son pretendientes al trono. El tema del poder y todos los personajes mirando hacia los siete anillos abre un interrogante que será respondido en la siguiente temporada. ¿Usarán los anillos en su beneficio?

En Rhûn, el tema del Mago Oscuro delata de antemano que su encuentro con el extraño está cerca. En el poblado de los Fuertes, el Mago Oscuro intenta persuadirle de que se una a él mientras suena una versión más afable de su exótico tema. Cuando los rastreadores que retienen a Nori y Amapola reclaman al Mago Oscuro, la música de este vuelve a su estado siniestro al traicionarles. Luego, explica a los hobbits que le pusieron ese nombre por ignorancia y temor a su especie. Su música, desde luego, le ha venido aportando un aura que, por radical y exceso de exotismo -coros búlgaros principalmente- transmite poca confianza y hace aparentar al personaje como si hubiera llegado de un plano astral diferente (que en realidad así es). Cuando le propone al extraño que se una a él para derrotar a Sauron y ocupar juntos su puesto, este le responde -también con su música- manteniéndose fiel a sus bondadosos principios. Cuando salva a los hobbits de la magia del Mago Oscuro, su música suena poderosa pero también más controlada que que en capítulos anteriores cuando usó la magia.

Tras la destrucción del poblado de los Fuertes, su música que estaba tan enraizada al lugar sobrevive y emigrará con los hobbits, probablemente en busca del Suzat. Nori y Amapola parece que se les unirán y la aventurera hobbit se despide del extraño con su bondadosa música, emotiva en la despedida. Por su lado, el mago da por fin con el bastón y tanto arpegio como especialmente el tema suenan ahora musicalmente completos y realizados: el extraño ha cumplido su misión y su identidad queda por fin desvelada: es Gandalf. Por último, en casa de Tom Bobadil, vuelve a ser recibido por su cálida música. Ambos celebran cantando su canción al unísnono.

En Númenor, los Fieles son declarados traidores mientras suena la versión corrupta del tema del reino. Se produce un efecto muy interesante en el que se ve el árbol de los Valar perdiendo flores mientras suena el tema de los Fieles opacado por el ostinato de Númenor. Cuando Elendil se dispone a huir con Míriel, el tema suena apresurado. Míriel renuncia a huir con Elendil, pero pone en sus manos el destino de los fieles, entregándole la espada Narsil (la que en el futuro cortará el anillo de la mano de Sauron) sonando con poderío el tema de los Fieles cuando toma la espada.

En Pelargir, Isildur recuerda a Estrid con su música. Cuando Theo pregunta a Isildur por la muerte de su madre, que también la recuerda con el tema de la familia Elendil (Fieles) y que expone su tristeza, a la vez que reconoce que lo ha llevado mal. Theo comparte el sentimiento de Isildur y, al igual que él, ya acepta plenamente la música de su madre como propia. Cuando Estrid vuelve, el enamoramiento de Isildur vuelve a brotar mediante el tema de la sureña, en una versión apasionada. Por su parte, Kemen, el hijo de Pharazôn llega a Pelargir con la versión más decrépita e irreconocible de la música de la nueva Númenor (el instrumento de cuerda y apenas algunas de las percusiones de acompañamiento). Las diferencias que se suceden en la conversación entre Isildur y Kemen vienen respaldadas por los temas que representan a ambos personajes.

En Eregion, el tema de Adar y la marcha de los orcos suenan desatadas al mismo tiempo que los orcos entran descontroladamente en la ciudad. Por su parte, el tema de Eregion trata de sobrevivir del mismo modo que lo hacen los pocos elfos que quedan defendiéndola. En la forja, la trama de Sauron y Celebrimbor llega a su fin. Antes de morir, Celebrimbor vaticina a Sauron que los Anillos de Poder le destruirán mientras suena el tema del poder, y que un anillo será su perdición mientras suena el tema de un Sauron encolerizado que asesta el golpe mortal al maestro elfo. Antes de morir, Celebrimbor dice al Señor de los Anillos que es prisionero de ellos, y muere mientras suena el tema de los anillos, cerrando el arco musical de Celebrimbor: primero reflejado en el tema del poder pero, a medida que fue sucumbiendo al engaño de Sauron, en el tema de los anillos. Muere con su música, como víctima de ellos, y también concluye la relación de ambos maestros de la herrería.

La trama de Adar también llega a su fin. Cuando los orcos llevan a Galadriel ante él, gracias al poder del anillo, este se muestra rejuvenecido y también su música, que suena delicada y hermosa: la del elfo que una vez fue. Adar propone a Galadriel por última vez (esta, sin engaños) que se una a él para derrotar a Sauron pero es traicionado por sus propios orcos (ahora siervos de Sauron) mientras se compadece con su música por el orco que ha orquestado el derrocamiento de Adar como Señor Oscuro. La venganza de Sauron se ve por fin consumada al destruir a su enemigo de la misma manera que él le destruyó a él, invirtiéndose ahora los roles también musicalmente: la de Adar, muere con él. Parece que la marcha de los orcos se despega de él y le sobrevive, pues se utiliza en una ocasión después de su muerte cuando los orcos ya obedecen a Sauron.

Los caminos de Sauron y Galadriel vuelven a cruzarse. En el combate entre ambos Sauron tiene la ventaja musical con su tema y ostinato, incluidas las variaciones seductoras cuando trata de convencerla de que se una a él. El tema de Galadriel también responde con vigor. Sin referencia a ellos, el tema del poder de los anillos suena en uno de los forcejeos justo antes de que Galadriel comience a luchar con mayor destreza y fuerza ¿Ha recurrido al poder del anillo? Sauron ataca con sus armas de ilusionismo utilizando también diferentes temas: se muestra con la apariencia y música de Halbrand; luego, con la apariencia de Galadriel y su tema completamente distorsionado; y por último, con la apariencia de Celebrimbor y el tema de los anillos. El combate prosigue en su siguiente fase con variaciones más poderosas tanto del tema de Sauron como de Galadriel hasta que Galadriel logra herir a Sauron: suena Nolwa Mahtar -la música de la Luz contra la Oscuridad- elevando ahora mucho más la trascendencia del combate. Finalmente, Sauron consigue derrotar a Galadriel y su música se impone a la de ella.

Las diferencias entre Galadriel y Elrond quedan aquí completamente resuletas: Elrond resulta decisivo en la curación de Galadriel y acaba haciendo uso del anillo (lo que los había separado) para ayudar a la elfa. Su tema expone esta voluntad del personaje cuando dice que conoce la manera de ayudar a Galadriel. Recuperada, su música vuelve a sonar con su característica luminosidad, pero ahora que sabe que no puede derrotar a Sauron por medio de la fuerza (sino de la luz) su tema incorpora ahora el ostinato que rara vez había sido utilizado en capítulos anteriores (la presentación del personaje en la primera temporada y el capítulo anterior de esta). Tal vez, el ostinato venga a reflejar esa evolución hacia el carácter más sabio y puro de la elfa, que parece que arranca justo aquí.

Por último, la escena final cierra musicalmente con el mismo tema de los títulos de cabecera de esta temporada: Nolwa Mahtar. Este es sin duda un tema que pasa ya a tener una gran importancia como tema central y con un gran significado simbólico en la última escena: la música con la que derrotar al Señor Oscuro.

Como conclusión de la temporada, pocas dudas hay de que McCreary ha vuelto a darlo todo por la serie elevando no solo su espectacularidad sino, especialmente, fortaleciendo el irregular transcurso narrativo a lo largo de los capítulos, que es donde, de hecho, más lo necesita. La apuesta de McCreary por confiar plenamente en la inteligencia del espectador es donde reside su mayor acierto, pues eso es lo que ha permitido que su música aporte a la serie una complejísima -pero meticulosamente hilada- capa de información adicional que completa y enriquece todas las tramas argumentales, así como la profundidad de sus personajes o las referencias a innumerables elementos mitológicos de la Tierra Media. Todo llevado a un elevadísimo nivel que, como mínimo, no ha menguado ni un ápice respecto a lo que el compositor desarrolló en la primera temporada. McCreary ha vuelto a dejar claro que desde el principio ha sido el compositor adecuado para hacer esta serie y, desde luego, el resultado en esta segunda temporada es garantía de que puede volver a repetirlo en futuras temporadas.

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comentarios de los USUARIOS Deja un comentario
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Usuario: diego lorente
Fecha de publicación: 04.10.2024
La aportación de McCreary es,sin lugar a dudas,lo mejor de esta serie.
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