A la muerte de su padre, una joven es convocada para leer el testamento en un pueblecito británico. Las noches serán pronto concurridas por fantasmas, inexplicables fenómenos paranormales y extrañas manifestaciones que la hacen sumergirse en un macabro remolino con visiones de desnudos, rituales satánicos y preparativos de su propio sacrificio.
Singular partitura que el compositor desarrolla en dos niveles dramáticos: música cálida y emotiva, con voz soprano, aplicada a la protagonista y que resalta, con elegancia, su soledad y fragilidad. Frente a esta delicadeza, temas experimentales, cerrados, con música atonal y ambiental, para el entorno.