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ULTIMA NEVE DI PRIMAVERA, L´

INFORMACIÓN DISCOGRÁFICA
Compositor: Micalizzi, Franco
Sello: Digitmovies
Duración: 135 minutos
INFORMACIÓN DE LA PELÍCULA
Título original: Ultima neve di primavera, L´
Director: Raimondo Del Balzo
Nacionalidad: Italia
Año: 1973
ARGUMENTO

Un niño enferma de leucemia, pero su padre reacciona tarde, pues está más pendiente de su nueva pareja.

PUNTUACIÓN MUNDOBSO
7
PUNTUACIÓN USUARIOS
6.5
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Total de votos: 2
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COMENTARIO MUNDOBSO

Banda sonora romántica y dramática, de bello tema principal que conoce diversas variaciones y que tiene un moderado tono afligido. Se acompaña de L´albero dalle foglie rosa (76) y Bianchi cavalli d´Agosto (75).

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Usuario: Ángel González
Fecha de publicación: 15.07.2018
¿Una película cumple con su objetivo cuando conecta con un determinado tipo de público para el que fue concebida? Quiero decir: ¿Asusta a quien desea ver una película de terror? ¿Hacee reír a quien busca risa? ¿Hace pensar a quien busca reflexión? Cada uno tendremos nuestra opinión, pero seguramente entendemos que hay filmes que no cumplen ese objetivo, otros que sí, y otros que superan nuestras expectativas. Para la crítica profesional, pero también para mucha crítica amateur, pueden entrar en consideración otro tipo de factores y –por lo general- se aporta una visión más poliédrica del éxito o calidad de una película, aparte de que conecte con su público. En cualquier caso parece que lo que se busca, también en esos casos, es recibir el estímulo emocional o intelectual adecuado a cada uno.

La conexión emocional observo que prima sobre la intelectual en la mayoría de las personas (que conozco), por ser la que más automáticamente se manifiesta. Pensemos en Love story, por ejemplo: ante el pensamiento de que la persona de la que estamos enamorados tuviese una enfermedad terminal, como la de Ali MacGraw, pues es fácil ponerse en la piel de Ryan O’Neill. Es algo que nos puede suceder, lo vemos como tal, entendemos que es terrible y se genera una sensación empática evidente. Por tanto es fácil suponer que mucha gente podamos llegar a recrear esa tristeza ante el escenario de que eso nos pase a nosotros mismos.

Pero con algunas personas esa conexión empática no funciona (lo que puede llevar incluso a ridiculizar el exceso de afección), y otras lo relativizan gracias a una argumentación racional o intelectual, enfocándolo a que todo es un manipulación clara de las emociones, ya que estamos hablando de ficción. Pero si el cine es manipulación: también en El Padrino se manipula al espectador. Quizás el truco esté en que no se note.

ALERTA DE SPOILER de aquí en adelante.

Para hablar de L’ultima neve di primavera no es gratuita la anterior cita a Love story (1970). Y es que esa década que comenzaba con el éxito mundial del filme de Arthur Hiller, comenzó a concentrarse el melodrama lacrimógeno, y hasta en Italia lo sublimaron con un subgénero que se le conoció como “strappalacrime” (atrapa lágrimas), de denominación muy clarificadora. Para ser más trágicos que Love store, añaden el elemento niño, mejor si es rubio como un estereotipo de angelote, para que el alcance de conexión emocional sea el máximo posible. Y ahí llega L’ultima neve di primavera y otra serie de películas como Il venditore di palloncini, L’albero dalle foglie rose, Bianchi cavalli d’agosto, y otros. Los que he citado tienen como denominador común al mismo niño protagonista (en apenas 3 años): Renato Cestiè, algo así como el Kenny de South Park de las “lacrima movies”.

Este tipo de películas buscaban impactar emocionalmente por cualquier medio: argumento con dosis extra de infortunio, escueto discurso moral que fuese fácil de digerir, y música que potencie la aflicción del espectador. Es ahí donde compositores como Alberto Pomeranz, Stelvio Cipriano o Franco Micalizzi, tuvieron oportunidad de crear temas centrales tristes, repercutidos con profusión a lo largo del metraje, capaces de crear un ambiente de profunda melancolía.

L’ultima neve di primavera es probablemente el sumum de todo esto: una de las películas más tristes que jamás he visto, manipuladora (por supuesto), pero que es difícil que te quites de la cabeza. Cumplió claramente su objetivo: según se dice, la gente salía del cine llorando a mares. ¿Eso la convierte en una uena película? Eso queda a la interpretación de cada uno. A mí emocionalmente me toca la fibra sensible, pero intelectualmente en absoluto. Del impacto emocional pienso que Micalizzi es el principal responsable, ya que una música que eres capaz de recordar, te hace revivir mucho más fácil y continuamente una escena o un filme concreto. Le pasó a Love story de Francis Lai, y también al tema central de Micalizzi, por poner dos ejemplos.

Todo parte de ese tema central destacado, melodramático, con un uso punzante del oboe. Una melodía sencilla, muy retentiva y de gran calado emocional. Esta melodía aparece como diégesis (más bien, falsa diégesis) cuando el padre del niño protagonista hace sonar un disco en la escena inicial, justo cuando los títulos de crédito aluden a Micalizzi. En realidad ese inicio es el epílogo.

El tema principal abandona la diégesis y empieza a desplegarse asociado al niño, pero no queda muy claro por qué. ¿Refleja su tristeza interior por algún hecho? Si lo es, ¿por qué? Narrativamente hay pistas falsas, pero dudo que hechas a sabiendas. Parece más una música muy emotiva para generar una sensación de melancolía constante. Aunque ese tema principal sí quiere desempeñar un rol narrativo, manipulador, pero narrativo al fin y al cabo. La escena final, la detonante del mar de lágrimas, viene a hacernos ver que ese tema suena incesantemente por algo, y que –si la escena inicial era el epílogo- el punto de partida y tal vez explicación de la música de esta película se halla en una escena del primer tercio del filme en una tienda de discos.

Micalizzi creó una serie de temas secundarios que sirven de contrapunto en intensidad dramática. Es el tema central el que se vuelve memorable (en el sentido de fijarse a la memoria, de ser retentivo) especialmente en la escena final. Emocionalmente es una banda sonora que cumple sobradamente sus objetivos, pero intelectualmente se ve aleatoria su presencia. Entiendo que suene al inicio (que, como decía, no es tal, sino el epílogo). Pero no entiendo que, una vez comenzada la historia del protagonista, suene ese tema central antes de que llegue la escena en la tienda de discos. ¿Es acaso una música interior del niño, fruto de su situación emocional? Si lo es así, ¿cómo es posible que coincida esa música con la suena en el disco? Improbable. ¿Será acaso entonces una presencia constante en el recuerdo del padre sobre su hijo? Eso tendría mucho sentido si rememorara la vida de su hijo a partir de la escucha de esa música en la escena inicial. Pero no es este el caso, ya que el punto de vista de quien narra parece ser claramente alguien ajeno al padre.

Como lo importante era atrapar esas lágrimas, se olvidaron de la coherencia narrativa, pero no importó: la conexión emocional que generó/genera con la mayoría hará que ese detalle pase inadvertido en la mayoría de los casos, y la juzgarán (en su día parece ser que así fue) como una gran banda sonora. Yo no creo que lo sea: me parece tramposa y aleatoria. Aún así –a pesar de todo- me toca la fibra sensible, para qué lo voy a negar. Saludos.
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