Una joven desaparece misteriosamente y su vecino, que se sentía atraído por ella, comienza una investigación que le lleva a los bajos fondos de Los Angeles.
Extensa e interesante creación que evoca y referencia la labor para el thriller de compositores diversos como Herrmann, Goldsmith, Isham o Bernstein, entre muchos otros, pero también a las bandas sonoras electrónicas de los ochenta, para el género de terror. Es una mezcolanza algo extraña pero que ayuda a cimentar una impresión de caos, desorden e irrealidad que aporta al filme el adecuado tono inquietante e imprevisible, a la vez que es eficiente en su dramatismo, en momentos desolador, que contrasta con la calidez de otros temas.