Segunda parte de Jean de Florette (86), en la que la hija ya crecida del campesino arruinado y muerto por la avaricia del terrateniente venga la memoria de su padre.
Partitura en la que el compositor mantiene la línea estilística de la anterior parte, bucólica y hermosa, pero aquí mucho más dramatizada, a modo de resolución musical de lo iniciado con anterioridad. Su intensidad es creciente y en el episodio final se resuelve de forma cercana a lo épico, a modo operístico.