Una monja asegura haber tenido una inmaculada concepción, por lo que el Vaticano envía a un equipo de sacerdotes a investigar, preocupados por una antigua profecía donde la mujer dará a luz a gemelos: uno el Mesías y otro el Anticristo.
"Fue el primer proyecto internacional que acepté después de mi primera partitura para Lamb. Cuando leí el guión me quedé prendado y con muchas ganas de probar a componer una película de terror. Un concepto dominante en la partitura es el trabajo con el espectralismo imperfecto. Puse a varios intérpretes a trabajar por libre con los armónicos, tocando armonías perfectas e imperfectas que daban como resultado una mezcla de puro y sesgado. Me puse en contacto con Mark Harrop, que crea sonidos magníficos con muelles y sintetizadores modulares. Su aportación llevó mis arreglos orquestales a territorios nuevos e inesperados. Hice sesiones con un violinista muy experimental llamado Pétur Eggertsson. Se dedica sobre todo al arte escénico, pero sus sonidos se prestaban muy bien al horror. Es un violinista increíblemente libre. Las extraordinarias voces de Ingibjörg Fríða y Lilja María Ásmundsdóttir tocando su instrumento de creación propia, Hulda, enriquecieron las secuencias íntimas, añadiendo profundidad a la composición general. Mi querido compañero de banda de Agent Fresco, Hrafnkell Örn Guðjónsson, tiene una gran presencia con su percusión y su batería. Es un gran batería y percusionista. Su percusión aporta estabilidad a las cosas inestables. Grabé gran parte del piano en mi propio estudio, pero para algunas de las partes más mecánicas fui al espacio de Ólafur Arnalds, que tiene pianos acústicos con capacidad midi, y me pareció muy apropiado tener una partitura de terror con estos pianos que tocan solos. La mayoría de las grabaciones de cuerda se hicieron mientras una gran tormenta de nieve atravesaba Islandia. En algunas piezas se oyen puertas que crujen y el viento que sopla. Me encanta oírlo y creo que contribuye muy bien a la atmósfera de la película. Soy un pésimo violonchelista, pero me encanta tocar el violonchelo y jugar con la yuxtaposición entre yo, un aficionado, y los verdaderos profesionales tocando como es debido" (Tóti Guðnason)