Dos jóvenes miembros de un grupo evangélico llegan a un pueblecito escocés donde el líder de la comunidad los invita a una celebración. La pareja acepta, sin saber lo que les espera...
Para esta película de terror el compositor aplica una partitura que funciona por contraste. Hay, naturalmente, temas destinados a dotar al entorno de un tono grotesco y amenazante, pero por encima de ello sobresale un bellísimo tema principal, lírico y melancólico, sobre el que ejecuta diversas variaciones y que le sirven para resaltar la fragilidad y vulnerabilidad de los protagonistas, así como para enfatizar una sensación de pérdida y de amargo final. Ambos conceptos se enfrentan durante el desarrollo de esta creación, pero el compositor se posiciona y apoya a las victimas, aunque no sin cierta condescendencia. En todo caso, una obra sólida y elegante.