En esta sexta entrega de la saga (en la que intervienen hasta ocho compositores porque se escribió cerca de seis horas de música para el videojuego; Blizzard cuenta con uno de los mayores equipos de compositores de la industria de videojuegos) desaparece el exotismo oriental de la anterior entrega “Mists of Pandaria” y se vuelve a un tono incluso más épico, violento y poderoso, similar al de “Cataclysm”. Nuevamente, una imponente obertura de doce minutos abre la obra exponiendo los grandes temas de la saga y los nuevos que aparecen en esta entrega, casi a modo de resumen pero mediante un poder sinfónico y vocal excepcional, muy espectacular, una pieza realmente soberbia. Esta vez las percusiones, el viento metal y las poderosas voces masculinas tratan de crear una música de gran peso, sólida y fuerte para representar el poder y la brutalidad de La Horda (los clanes orcos y el entorno bélico en el que se hallan), con bastantes momentos que bien podrían servir como himnos y canciones de guerra orcos. Otro aspecto muy interesante, aún tratándose de bestias, es la nobleza que les otorga la música épica, que en todo momento es majestuosa y se pone de parte de ellos sin duda. Por otro lado, el apartado ambiental de la obra (que describe el reino de Draenor), es místico y lírico, también muy cuidado musicalmente, siendo variado y con momentos realmente bellos, siempre sin perder de vista el tono épico y fantástico, a veces llegando a haber momentos dramáticos y, más puntualmente, incluso cómicos. La calidad de la música, que es completamente sinfónica (interpretada por la Northwest Sinfonia Orchestra and Chorus), es sin duda excepcional como ha sido siempre en la saga, con un impecable trabajo de orquestación. “Warlords of Draenor” es una sobresaliente banda sonora de los videojuegos que sigue expandiendo una de las mejores sagas musicales que ha dado la industria. Una maravilla.