Esta semana se ha dado a conocer la lista de pre-candidatos a los Premios Oscar, cuyos nominados serán anunciados el 15 de marzo. Lolita Ritmanis podría dar la sorpresa con Dveselu putenis, por la que recibió nuestro Premio MundoBSO a la mejor canción. Sería una justísima finalista y también merecida ganadora. Sería maravilloso y estimulante que el Oscar fuera otorgado a una mujer por segundo año consecutivo, pero más allá de eso y de la justa reivindicación que se haría de la enorme aportación de las compositoras en el cine, el caso de Ritmanis es especial porque su filme no es norteamericano sino de Letonia, el país báltico destruido durante la Segunda Guerra Mundial del que sus padres debieron huir y al que de alguna manera ella ha regresado para construir con música una de sus producciones más importantes en años, un bello alegato antibelicista sobre un adolescente obligado a combatir en la Gran Guerra.
Ritmanis cuenta a su favor, además de la calidad de su creación y de ser la única mujer del grupo de aspirantes (un factor a no desdeñar) con un gran aprecio y respeto por parte de la comunidad de compositores y compositoras de Los Angeles, que son los que votan las candidatas. Muchos quizás no habrán visto la película, lo que en teoría deberían hacer, pero difícilmente no se habrán interesado por la música, que tiene los códigos dramáticos y narrativos suficientemente claros como para intuir el servicio que hace a la película. Pero su gran punto a favor es que no tiene demasiada competencia: solo tiene como rivales de peso a James Newton Howard por News of the World y al dúo Reznor/Ross y a Jon Batiste por Soul, que prácticamente tienen aseguradas sus nominaciones, al igual que Alexandre Desplat por The Midnight Sky, aunque en este caso sea de modo automático por el compositor más que por su obra en concreto, como podría suceder también con Thomas Newman si es finalista con la fallida The Little Things. Si fueran nominados James Newton Howard y Newman estaríamos ante la 9ª... ¡y la 16ª! vez que ambos son candidatos a un Oscar aún no conseguido. Howard tiene más posibilidades y sería más justo, pero no creo que esta sea la banda sonora por la que debería llevarse la estatuilla, aunque ya se sabe lo que sucede con los premios compensatorios...
Es muy lamentable que la exquisita Wolfwalkers de Bruno Coulais -Premio MundoBSO a la Mejor BSO Extranjera- no haya pasado la criba y sí haya entrado la irrelevante y parcheada (en la película) música de Gabriel Yared para La vita davanti a sé, o las obras muy menores que firman Terence Blanchard, John Debney, Benjamin Wallfisch o incluso la de Daniel Pemberton, de poca importancia dramática en su filme. No parece que el Mulan de Harry Gregson-Williams tenga opciones reales y Minari (de Emile Mosseri) parece que tiene asegurada su nominación a la mejor canción. De Ammonite (Dustin O'Halloran, Volker Bertelmann) también puede esperarse una sorpresa y ni Mank (Reznor/Ross) ni Tenet (Ludwig Göransson) deben ser desconsideradas como opciones posibles, pero de todas ellas solo la James Newton Howard podría hacer algún tipo de sombra a la de Ritmanis, y aunque parece que Soul será finalmente finalista y también ganadora, que Lolita Ritmanis forme parte del quinteto nominado es de una justicia abrumadora. No está en absoluto asegurado, pero ojalá sea candidata al Oscar.