Zimmer es un mago de los grandes. Tribal War es puro belicismo, leave no man behind es el patriotismo americano y bakara es el billete al panteón de los inmortales.

He aqui uno de los scores mas impactantes de Zimmer, asi de simple, desde que escuchara Sychrotone, me di cuenta de que Zimmer creo un trabajo que, aunque sus detractores dicen que es demasiado electronico (como casi todos los trabajos del aleman), pero ahi reside la fuerza de este trabajo, por un lado, los temas de accion son de infarto, algunos se quedan a fuego y luego los dramaticos, interpretados por coros (Lisa Gerrard) y orquesta, y es que sinceramente es la p*lla, a mi me chifla la vena electronica de RC y aqui señores, es de lo mas brutal.

mikel tio , te enrollas demasiado para no decir nada , de esta banda sonora que que hans zimmer se a currado tanto , no es de las mejores pero es importante , tener esta banda sonora en l coleccion , un saludo

WoW!Habrá pasado más de un año desde mi comentario para esta bso, y ahora que vuelvo y la leo me doy cuenta de que algunas frases no están en orden. El texto debería empezar en ese “Quizas no sea el score…”. Digo esto porque nunca empezaría un comentario con un “Por otra parte”. Eso no estaría bien. A un lado está la reseña Conrado y luego ya están nuestros comentarios. Pues eso. Para que conste.

Por otra parte, el corte trece merece todos nuestros halagos: “Leave No Man Behind”, una arrolladora pieza, de más de seis minutos, en la que Zimmer nos regala uno de los mejores momentos de toda su carrera. Quizás no a la altura del legendario “Journey To The Line”, con el que guarda cierto parecido, pero es ciertamente magistral. Una banda sonora ambigua, pero de un carácter tan recio como para perdurar para siempre como lo que es; una fabulosa muestra del talento de este genio y su incuestionable compromiso con el Séptimo Arte. SIW Quizás no sea el score del Maestro alemán que más se disfrute en su escucha asilada, pero ya sea por su altísimo compromiso con las brutales imágenes de Ridley Scott, o por la insólita forma en la que se confeccionó, merece ser apreciado y, sobre todo, degustado una y otra vez.