Aunque Zimmer figura en la portada del disco, es sabido que este es un score compuesto íntegramente por Henry Jackman. Zimmer produjo y quizás, sólo quizás, aportó alguna idea o matiz. Pero la cosa no pasó de ahí, eso es seguro. ¿Qué es, pues, lo que ofrece Jackman? Una música con momentos correctos y otros realmente evocadores, en mi opinión. Quienes se queden en la superficie y sólo lo valoren por el primer tema dirán que recuerda mucho a Zimmer; no en vano, dicho tema parece una exótica mezcla entre “Gladiator” y “Batman Begins”. Supongo que fue lo que le pidieron a Henry Jackman y él cumplió con su cometido. No obstante, cuando la pieza comienza a progresar el autor reivindica su autoría y todo se vuelve más auténtico. Sigue sonando a Zimmer, pero ya algo menos. La acción está resuelta con oficio y sin riesgo, pero es en los momentos dramáticos donde Jackman se luce bastante. Temas como “The Huguenots”, “The Edict Of Nantes” o “Let Reason Rule” (por citar sólo algunos) poseen una sensibilidad realmente penetrante. Son temas muy hermosos, impregnados de una tristeza que no resulta para nada empalagosa sino pura y vital, un trance que paraliza el mundo por momentos y hace que todo se vuelva más profundo. Jackman tiene bandas sonoras realmente notables y otras que no valen nada. Esta es de las primeras.

La verdad que la música no es muy original del todo y suena Zimmer 100%. Por un momento parece que cuando escuchas el tema principal estés escuchando realmente Batman...pero cuando empieza la melodía...lo siento mucho pero sólo Zimmer me pone los pelos de punta de esa manera...