Quinta entrega de la saga iniciada en Twilight (08). Tras convertirse en vampiro, Bella debe adaptarse a su nueva naturaleza. Cuando es madre, debe protegerse de la amenaza de los Volturi, pues existe una ley que prohíbe transformar a los niños en vampiros, ya que son difíciles de controlar y pueden provocar desastres que pongan en peligro su secreta existencia.
El compositor mantiene la línea de la primera parte, pero ampliando el repertorio temático y profundizando tanto en lo romántico como en lo ambiental y lo dramático. Se trata de una creación que, derivando de la anterior, logra alcanzar una entidad propia, superior y más elaborada, siendo especialmente interesante en todo aquello que concierne a lo crepuscular, que oscurece para, por la comparación, hacer brillar más la parte romántica.