Videojuego de rol multijugador masivo online, secuela de World of Warcraft: Warlords of Draenor (14).
Reseña de Ignacio Marqués Cuadra:
En este séptimo capítulo de la saga, tras la monumental Warlords of Draenor, el equipo de compositores de Blizzard ha vuelto a dar continuidad de forma muy notable al extenso y valioso legado musical de la serie de videojuegos, esta vez no incidiendo tanto en el terreno de lo bombástico y lo espectacular del conflicto (que también), sino explorando nuevos territorios musicales más enfocados a la restauración del equilibrio en ambos bandos, como una suerte de recapitulación (algo lógico, después de una tan arrolladora anterior entrega que elevó musicalmente el conflicto a un nivel épico muy difícil de repetir).
Si en Warlords of Draenor era la Horda la que contaba con más atención e ímpetu musical, aquí es la Alianza la que resurge en todas sus vertientes, con nuevos referentes triunfales para liderarla. Pero, como sucedió en otras entregas como World of Warcraft: Mists of Pandaria (12) donde la Alianza también contaba con más peso, lo que la música realmente resalta es la magia, el exotismo y la belleza de los variados territorios y fuerzas que unidos conforman ese frente luminoso, siempre desarrollando y dando continuidad a las referencias musicales preexistentes de cada uno, en la línea melódica habitual tan elaborada y sumamente descriptiva.
Desde luego, no quedan desterradas las músicas aplicadas a la Horda o a la Legión Ardiente que, aunque no cuentan con el poderío musical de anteriores entregas, logran seguir al acecho como una seria amenaza, repercutiendo en las músicas de la Alianza de las que en ocasiones se palpa cierto tono apremiante, de inminente peligro. Todo ello se ve impregnado a su vez con un nuevo toque de oscuridad, muy singular en esta entrega, aplicado principalmente a las fuerzas de la Legión Ardiente.
Esta es en su conjunto una obra muy sólida y equilibrada en sus planteamientos, que considerada como extensión de la saga constituye un nuevo aporte tan valioso como cualquiera de las anteriores entregas, quizá no tan espectacular si se compara con algunas de ellas, pero con momentos muy brillantes y manteniendo la esencia de la saga, al igual que ese estilo sinfónico tan elegante y majestuoso que vuelve a demostrar una vez más la enorme categoría musical de esta saga de videojuegos.